lunes, 30 de mayo de 2011

Así concluyo un nuevo día de sentimientos encontrados y es cuando miro tus hermosos ojos, cuando encuentro minutos de agonizante paz.

Pensaba que al palpar imágenes reprimidas en mi imaginación iba a poder ser capaz de experimentar un poco de esa felicidad anhelada desde mi uso de razón, pero siento que al palpar la realidad, muchas veces sienta mejor la utopía de tu maravillosa sonrisa, dedicada solo a mi.

No han pasado ni siquiera dos días desde que soy testigo de tu espectacular existir, y soy consciente de que tal vez mis sentimientos sean turbulentos y muy apasionados, pero es justamente lo que soy… un océano abatido por sismos inestablemente terrenales.

No sé qué pensar o decir, pero sé que las palabras sobran y a la vez faltan; pues no sé qué sientes ni que piensas, no se que crees o que haces… y sobre todo, no sé si realmente seré tan importante como lo eres tú para mí.

Entonces, como método de autodefensa, omito cosas, hago de mi boca un dique que intente contener mi turbulento océano de palabras, sentimientos y pensamientos; pero con cada gesto reprimido siento que no quiero acercarme al sentimiento más anhelado y repudiado a la vez; el amor.

Tengo ganas de cambiar al mundo con una palabra que desconozco totalmente; y no sé cómo romper la barrera que me separa de está sin tener el asqueroso presentimiento de extirparte de mi vida y saber que nunca me perteneciste, ni yo a ti.

Justo ahí es cuando prendo un cigarrillo y siento el alivio de aniquilar mi vida dos minutos más, y de atontar la razón de mi irrazonable cuestionamiento, si es mejor mantenerte en mis sueños o si realmente vale la pena amarte irrazonablemente.

Mientras caían las hojas de los árboles y se consumía el cigarrillo que sostenía entre mis delgados dedos

Pensaba en las aventuras que he tenido en el amor

Sentía mi corazón reprimido entre cadenas del infortunio

Y las posibilidades nulas que tenia de ser feliz junto a alguien

Me dedique a mirar a las personas que tenía a mí alrededor,

¿Cuántas posibilidades desconocidas tenia para ser feliz?

Pero lamentablemente, seguirán siendo una interrogante

Que no me sacaran de mi dolor.

Que maravilloso seria abrazarte y decirte cuanto te quiero…

Pero no apareces y tengo solo tu silueta en mis pensamientos…

Rondando, sonriendo… pero sin palpar el majestuoso brillo,

De tus preciosos ojos.

¿Acaso me estaré volviendo loco?

¿Amando a alguien que ni siquiera tengo?.

Sigo dando pasos en esta fría tarde de otoño

Pensando, viéndote

Deseando que cada vez estés más cerca

Deseando con más ganas que ayer,

Que hoy sea el día, que nuestros caminos se crucen

Y poder decir ese “te amo” que tanto anhelo exhalar…

Solo faltaron aquellas cursilerías esenciales de películas hollywoodenses para que la intensidad de aquella noche fuese plasmado en vídeo y conmoviera a un sin fin de personas.

Han pasado solo unas horas y ya siento la soledad de mi cuerpo, carente de ti; pero al menos, mi mente y mi corazón están adormecidos por la suave y exquisita droga de la felicidad.

Tus eternos besos vuelven a mi memoria con tanta pasión y tanto compromiso que si de eso viviera la gente, estoy seguro que yo sería inmensamente millonario; tocar tu perfecta piel, tu perfecta cara y tener solo para mi tu perfecta sonrisa y esos maravillosos ojos, hacen de mí el ser más afortunado de este mundo.

Uno nunca sabe cuánto durara la felicidad, lamentablemente, esos pensamiento permanece siempre en nuestros corazones como una espina, que con cada movimiento, con cada caricia de amor y pasión molesta un poco al corazón; pero, ¿Qué importa cuánto dure la felicidad?. Mientras queramos que dure, durara.

No puedo evitar tener pensamientos egoístas y solos disfrutar de este sentimiento para poder intensificarlo cuanto más pueda y poder así, intentar, hacerte el hombre más feliz del mundo.

Problemas, quejas, inseguridades, resentimientos, son cosas que quiero dejar fuera en este momento, y solo quiero vivir el hoy y el ahora, solo si es junto a ti; resulta todo tan mágico, que justo en vísperas de mi estación favorita, tengamos el placer de poder palpar la felicidad que se nos presenta en el día de hoy.

Solo me queda decir, que quiero proteger a mi príncipe, quiero proteger el nuevo reino de felicidad que ha germinado, de dos reinos de soledad y proteger por sobre todo, este sentimiento tan maravilloso; que experimentar, nunca pensé.

Esta era una vez, un Príncipe, encantador, inteligente, caballero y muy educado de alguna ciudad que ya nadie recuerda.

En aquella ciudad reinaba la paz y la armonía, la gente era feliz y honrada, pero muy conservadora.

El Príncipe, que todo lo tenía, un día se enamoro; en un baile de mascaras, por el cumpleaños de su reina madre, fue en donde le conoció: Giovanni, el príncipe de tierras cercanas, le robo el corazón. No necesitaron palabras para saber que estaban perdidamente enamorados, pero también sabían que su amor nunca sería bien visto, menos en ellos que deberían cargar con la responsabilidad de guiar a su reinado por el camino de la felicidad y la moralidad.

Cierto día, ambos príncipes quedaron de juntarse en una pequeña isla que quedaba en medio de ambos reinados. En aquella isla ellos podían ser quienes realmente ellos eren: Los reyes de ese hermoso lugar. Realmente, ambos no necesitaban nada más; solo esa isla y el amor incondicional del otro. Pero ese día seria distinto, ese día algo quebraría la inocente felicidad de aquellos príncipes, sumergiéndolos nuevamente en una desesperante angustia y una inestable soledad.

Giovanni debía esposarse con una Princesa de Tierras lejanas, para expandir la felicidad de su reino hacia rincones desconocidos del planeta. Ambos príncipes estaban desconsolados; sabían que debían separarse y aquello les rompía profundamente el corazón. Sin tomarse demasiado tiempo, se besaron tiernamente y se dijeron adiós.

Esa misma noche El príncipe tomó una decisión: Llevándose su corsé, su espada, su arco y su flecha se marcho del reino, dejando solo una carta con una confusa explicación:

“Acabo de comprender que no pertenezco a este lugar, que riquezas y felicidad no es realmente lo que busco, aun hay muchas cosas que no entiendo, ni del mundo, ni de mi mismo. Por eso me levanto de mi trono y me voy para siempre, seré un soldado sin hogar, que luchara por ideales y por amor. No necesito aceptación, por el momento, pero si luchare para que todos los que alguna vez se sientan como yo, puedan ser libres de tener un reinado con quien quieran; sin miedo ni remordimientos, pues la felicidad que todos gozan, no es realmente de todos, y en vez de felicidad, solo hay miedo y represión.

No quiero sonar mal agradecido con mi destino, pero aun no puedo ser rey, tal vez nunca estén listos, para un rey como yo, por el momento luchare por otros reinos que prediquen justicia y quien sabe si en otra vida, pueda ser el rey que todos y que yo mismo deseo ser.

Con amor. El principe”

Así el príncipe se alejo, de su por siempre feliz reino; buscando un mundo que lo aceptara y entendiese lo que realmente significa la palabra felicidad.

sábado, 12 de marzo de 2011

En la mañana desperté con deseos de que me amaras

Y con la extraña sensación de querer iluminar tu vida

Quisiera que al despertar, fuera yo

El único rondando tus pensamientos

Y que al escuchar una canción de amor,

Sientas mi corazón ensamblado al tuyo ;

Quisiera que desfallecerás, al tan solo imaginar que desaparezco de tu vida

Y que se te oprima el pecho,

Cuando sientas que una canción de desamor suena.

Quisiera llevarte de la mano

He imaginar que volamos,

Sentir la brisa juntos

Y dedicarnos un Te Amo.

Quisiera explorar las profundidades del mar

Y que tus besos sean mi oxigeno,

Para poder respirar.

Quisiera bailar un tango, acoplados

Y poseer tu cuerpo, con gracia y existir por siempre sincronizados

Quisiera ser tu última palabra

Al despedirse el día

Y ser el primero en localizar tu calma

Cuando sientas agonia.

Quisiera evaporar tus lágrimas,

Con un solo mirar

Y que cuando lo comprendas

Vuelvas a respirar.

Quisiera tomar tus labios

Y ser en ellos una palabra perdida

Un beso reprimido y un grito desesperado

Pues quisiera ser todo;

Lo bueno, lo lindo y también lo malo.

Quisiera que tu cuerpo reaccionara,

Con el más mínimo contacto

Que tu respiración se agite

Y no des abasto.

Quisiera todos tus sentimientos de amor

Más no de odio;

No obstante, quisiera tu odio,

Solo si me odias cuando no esté presente

Pues me odiaría, si no te pudiese proteger.

Quisiera todo de ti…

Pero lo que más quisiera en el mundo,

Es que tu sintieras, lo mismo que siento hoy por ti.

 

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